Budapest, sin ser una gran metrópoli como París o Londres, cuenta también con muchos atractivos para el viajero. En este tip hago una propuesta de lugares a visitar, que no pretende ser exhaustiva ni mucho menos. Numerosos son los sitios dignos de verse, pero como digo esto es simplemente una selección de lo que no hay que perderse según mi opinión.

Muchos de los monumentos más significativos de Budapest se construyeron o reformaron entre los siglos XIX y principios del XX, de ahí el aspecto ecléctico que muestra buena parte de la ciudad, estilo que se caracteriza por el uso de diferentes corrientes antiguas fusionadas muchas veces con tendencias autóctonas. Surgen así el neoclásico, el neobarroco, etc.

El barrio del Castillo y las orillas del Danubio son Patrimonio de la Humanidad desde 1987.

BUDA
La zona de Buda ocupa la ribera occidental del Danubio. Imprescindible visitar aquí la Iglesia de Matías, en realidad iglesia parroquial de Nuestra Señora, pero se la conoce con el nombre del rey que la amplió y embelleció en el siglo XV, Matías Corvino. Posteriormente tuvo que ser reconstruida en varias ocasiones a causa de los diferentes destrozos padecidos a lo largo del tiempo. La última de las reformas más importantes se llevó a cabo en el siglo XIX, momento en que se le dio el aspecto neogótico que hoy luce.
En el exterior, destaca el techo de azulejos vidriados multicolores y la portada principal, adornada con un bajorrelieve.

Si bonita es por fuera la iglesia, su interior es realmente espectacular. Lo más llamativo es que no hay ni un centímetro cuadrado libre, todo el espacio está ocupado por una rica ornamentación de pinturas murales, con predominio de los motivos geométricos y florales de ricos colores. Esta sorprendente decoración se realizó a finales del siglo XIX y fueron fuente de inspiración los restos de pintura hallados de la ornamentación original que se fusionaron con motivos del estilo secesión, imperante en la época de su reconstrucción.
Iglesia de Matias



Para darse un respiro tras visitar la iglesia y después de contemplar las fantásticas vistas de la ciudad desde el Bastión de los Pescadores, es una buena idea pararse a tomar un delicioso pastel en Ruszwurm. Inmejorable calidad a precios realmente buenos.
Además, en Buda se alza majestuoso el Palacio Real, que alberga el Museo de Historia de Budapest, la Biblioteca Nacional Szécheny, la Galería Nacional de Hungría y la residencia oficial del presidente de la República.
Callejeando hacia el sur se llega hasta el monte Géllert, coronado por el Monumento a la Liberación. A los pies del monte encontramos el Balneario Géllert y una iglesia rupestre, construida en el interior de una cueva. El paseo por esta colina es muy recomendable si se desea disfrutar de unas buenas vistas de la ciudad.

PEST
En la orilla oriental del Danubio está Pest. Empezando por el norte, el edificio más famoso y visitado es, sin duda, el Parlamento, aparte de ser el más grande del país. Construido entre finales del XIX y principios del XX en estilo neogótico, su arquitecto se inspiró claramente en el Parlamento inglés a la hora de diseñarlo.

La visita guiada comprende la escalera principal, la Sala de la Corona y la antigua Cámara Alta, gemela de la Cámara de Diputados en funcionamiento, y que en la actualidad sólo se usa para reuniones, conferencias y visitas turísticas.

Se pueden comprar las entradas anticipadamente Visitas al Parlamento
No es imprescindible pero sí conveniente si se quiere ir con la visita programada. El tour en español se realiza a determinadas horas (consultar en la web) y dura unos 40 minutos, incluyendo el acceso por los controles de seguridad.
Actualmente la plaza Kossuth Lajos, por la que se accede al Parlamento, así como la parte posterior que da al Danubio, está totalmente vallada por obras de remodelación. Se prevé que finalicen en marzo de 2014.

Bajando hacia el centro, en la plaza del mismo nombre, se encuentra la Basílica de San Esteban. Consagrada al primer rey cristiano húngaro, las obras comenzaron en 1851 y se prolongaron hasta 1905. Imponente la fachada neoclásica, con dos torres gemelas a modo de campanarios.

El interior, con planta de cruz griega, resulta deslumbrante. Los mosaicos de la cúpula y el altar mayor, en donde se encuentra una estatua de mármol de San Esteban, son sencillamente magníficos. Todo el conjunto es digno de contemplarse con detenimiento.

Como curiosidad, señalar que en una de las capillas se guarda la mano momificada del rey Esteban, la reliquia más importante de la cristiandad húngara.
La entrada es gratuita, pero se ha de dar obligatoriamente un donativo de dos euros.
Basílica de San Esteban

Siguiendo hacia el sudeste está la Gran Sinagoga. El mayor templo judío de Europa se construyó en estilo bizantino-morisco en el siglo XIX, como muestra su llamativa fachada de ladrillo blanco y rojo

El interior es sorprendente porque contiene elementos de la reforma judaica que le confieren un aspecto que recuerda al de una iglesia cristiana. El lugar donde se guardan los libros de la Torá se asemeja a un altar, y cuenta incluso con un órgano, elemento nada característico de las sinagogas por cuanto durante la celebración del rito religioso está prohibida la música. Además de ser un edificio singular resulta especialmente bonito.

En el patio posterior se halla el Monumento al Holocausto, la escultura de un sauce llorón en cuyas hojas están escritos los nombres de las víctimas del nazismo.

Hay visitas guiadas en español cada hora en punto, y también diferentes tours por el Barrio Judío que incluyen asimismo otras sinagogas.
Gran Sinagoga

Dando un paseo por Dohany utca se llega hasta el New York Café. Según sus propietarios, la cafetería más bonita del mundo. Desde luego, elementos para serlo los tiene y muchos: enormes arañas, columnas de mármol, aplicaciones doradas… Decoración neobarroca recargadísima que puede no agradar a algunos pero que justifica por sí sola una visita a este lugar.
New York Cafe


ISLA MARGARITA
En medio del Danubio, entre Buda y Pest, se halla una isla que debe su nombre a la princesa Margarita, hija de un rey que pasó aquí su vida recluida en un convento. Pasar un par de horas en este oasis para darse un respiro durante el estrés viajero no es una mala idea. Se pueden recorrer sus 2,5 km dando un paseo o mejor alquilando una bicicleta, y también hay una línea de autobuses que la atraviesa de arriba abajo. Circular en coche está prohibido salvo para vehículos de abastecimiento.


VAROSLIGET
Contiguo a la Plaza de los Héroes, donde se encuentra el Monumento al Milenario, erigido para conmemorar en 1896 los 1000 años de historia de Hungría, está el parque Varosliget. También aquí se quiso celebrar tan señalada fecha y por ello construyeron el castillo de Vajdahunyad, complejo de edificios de diferentes estilos que servía para ilustrar la historia de la arquitectura húngara. Lo que en un principio era un pabellón temporal hecho de madera se reconstruyó en ladrillo para crear una estructura permanente. Así, se pueden encontrar juntos los estilos románico, gótico, barroco, todos ellos en copias detalladas de edificios diseminados por el país.

TERMAS
Conocidas sus propiedades terapéuticas desde la época de los romanos, fueron los turcos quienes, tras conquistar el país en el siglo XVI, empezaron la explotación de las aguas medicinales.
Su popularidad no ha ido sino creciendo con los siglos, y hoy en día es una práctica muy habitual entre los húngaros que los visitantes tampoco pueden perderse. De hecho, se dice que una estancia en Budapest no está completa si no se prueban las termas.
El más frecuentado es el Balneario Széchenyi, emplazado en el parque Varosliget, donde en 1879 se descubrió un manantial de aguas termales.
Baños Széchenyi

Otra terma muy famosa es el Hotel Balneario Géllert. Como su nombre indica, se encuentra a los pies del monte Géllert y abrió sus puertas a comienzos del siglo XX en un edificio estilo Secesión. Aquí se rodó años atrás un anuncio para una marca de yogures.
Hotel Balneario Géllert

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